lunes, 10 de junio de 2019

A mi querido hijo Floreal




Tarjetas enviadas por Balbino Adanero Martín desde prisión

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A su hijo Floreal en su quinto aniversario
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Retrato a carboncillo



Retrato a carboncillo que hicieron a Pedro Lillo, en la cárcel Conde de Toreno, dos días antes de asesinarle.

A mi hija Isidra



Isidra era muy pequeña cuando lo vio por última vez vivo en la cárcel de Porlier en Madrid, el mejor recuerdo que tiene mi madre es que iba a verlo escondida por orden de mi abuela debajo del asiento del tren porque no había ni para pagar su billete, y que la cogía en sus rodillas y le enseñaba a respetar la naturaleza con un pajarito indefenso en sus manos. Marta Rodríguez (nieta)

Yo no he robado ni matado a nadie



Yo no he robado ni matado a nadie, me quito la vida porque después del bien que hice no me quiere nadie ni tengo a quien delatar.

Esta nota la dejó antes de suicidarse en la cárcel de Ventas a las 3 de la madrugada del 18 de julio de 1939. Fue encontrada ahorcada en el tercer dormitorio.

Me quedan dos horas escasas



En capilla, a las 3 horas del 3/7/41

Queridos hijos:

Estoy viviendo las últimas horas de mi vida y pienso en la vuestra. Quisiera poder daros un abrazo y, a pesar de la distancia que lo impide, os beso “in mente”. Seguir mi conducta, que siempre fue honrada; dejaros conducir por los buenos amigos que me acompañaron en el encierro; estudiar mucho y me honraréis con vuestra vida como yo os honro con mi muerte. 

Mirar por vuestro abuelo, querer a vuestros tíos, amar a vuestra madre y no olvidaros que Clarita hizo todo lo que pudo por salvarme sin que la guiase ningún egoísmo. Ser, vosotros, así de pródigos para vuestros semejantes. Muero tranquilo y orgulloso de morir por lo que muero. Quique, que vio mi Consejo, sabe cómo me porté.

Bueno, hijos míos, recibir un abrazo muy fuerte que os envía vuestro padre. Otro para el abuelo, María, mamá Petra, Familia Ponte, Villar, Francisca, tía Elisa, Mamerto y para todos los primos y demás. Me quedan dos horas escasas. ¡Adiós, hijos míos!

Vuestro padre.

Germán



Querida esposa



Manuel Álvarez es el más alto del grupo. A su izquierda, a la derecha en la foto, también con camisa blanca brochada hasta el cuello, aparece su hermano Antonio Álvarez Vega, fusilado también en Alcalá de Henares el día 9 de octubre de 1939.

Año de la Victoria MCMXXXIX (Esto está escrito con una letra diferente a la del autor de la carta. Era obligado escribirlo)

Alcalá de Henares, 27-7-39


Querida esposa: 

Hace una semana justa recibí tu carta del 14 del corriente a la que contesté a vuelta de correos, en la que te pedía algo muy urgente y también os decía que vinieseis por aquí porque quería veros. Esto lo repito aquí por si no ha llegado la referida carta a su destino. En esta te contesto a aquella del 14.

Ya he hablado con Pepa y me ha contado lo del chico en la Estación. Podías haberlo dejado venir y ya le hubiese visto que es mi mayor deseo. Nos ha dado el dinero que traía, dos puros y las fotos. La miel ya nos la hemos comido, endulzando con ella los ratos tristes.
Le dices a toda la familia y amistades que me acuerdo mucho de todos, pero que no me es posible escribirles, por eso, porque no me es posible. Ya sabes que no me para escribir, pero hay fuerzas mayores que lo impiden.

Has hecho muy bien con mandarme las fotografías; después de ponerme muy contento me causaba la impresión de encontrarme reunido en nuestra casa. Me paso muchos ratos mirándolos y me creo más cerca de Vds. Ya vendrán tiempos mejores, como tú dices, y entonces nos desquitaremos. Te pagaré esa cuentecilla que te debo y ya me las arreglaré para que me salgan bien. Te pagaré con creces pero, aunque no me debes nada, te pagaré cobrando que es la manera más airosa de pagar las cuentas viejas ¿te agrada?

Cuando te escribo, Rosario, me pasa lo que a ti cuando me lees, me parece que estoy hablando contigo como cuando éramos unos novios felices, por lo que te ruego no me alabes, porque puedo envanecerme. Es mejor que me dejes escribir como sepa, bien o mal, ya que así soy feliz en este retiro de paz. Paz material, aunque yo me rodeo siempre de quehaceres que no me dejan tiempo de reposo, porque todas mis obligaciones son comer, dormir y esperar, tres trabajos que no me rinden el cuerpo, pero el alma se subleva y vuela por regiones para mi desconocidas en brazos de la ilusión, para terminar mis fantásticos viajes siempre a tu lado donde sé que me aguarda el amor de un hijo simpático, tu leal cariño y el calor de un hogar. ¿Qué quieres más que te diga? En tan pocas palabras no es posible expresar mejor mis deseos. Sin embargo, fíjate lo lejos que estamos de llevarlos a la práctica, nos separan unos seiscientos kilómetros, un expediente sumarísimo y la incertidumbre que proporciona la lucha de los hombres por un bienestar pasajero. ¡Qué le vamos a hacer! Hay que conformarse con nuestra suerte y tener paciencia, ¿no es eso? Yo ya la tengo, por eso notarás que mis cartas van siempre impregnadas de alegría, porque yo sé que hay algo superior a las ambiciones de la humanidad, que no se puede desobedecer y que nada voy a adelantar con tristezas y aflicciones. De este convencimiento y de hacerme la ilusión de que me encuentro a tu lado cuando escribo, la alegría y el contento de mis cartas; y así, optimista, sonriente lo espero todo y con una esperanza que se alimenta de la tranquilidad de mi conciencia y el disfrutar de una salud perfecta.
Tu carta del 14 parece un arco iris después de pasada la tormenta, --------------------------------…es tan mala la tinta que está toda emborronada, pero yo sé que tú la entiendes y no importa ¿verdad?

Como en mi anterior te digo que deseo que vengáis todo lo pronto que podáis y las razones ya os la podéis figurar. Según me ha dicho Pepa, se estaba arreglando el coche pequeño para venir y esperabais que yo os lo dijera, pues bien, ya lo sabes tú, se lo dices a D. Rafael de mi parte y venir lo más pronto posible. Pero ¿es que dura el coche pequeño aún? ¿Y del camión, qué ha sido? Yo tenía entendido que no quedaba nada y por lo tanto no es así, me han equivocado. En fin, cuenta algo de ello, para saber las cosas por ti, antes que los demás me digan las que les parecen.
Tanto mi hermano como yo deseamos que estéis todos buenos, nosotros seguimos disfrutando de mucha salud y deseando salir de nuestra situación, que no ha variado en nada a pesar del viaje de Caparrós y Quirós con mi hermano Felipe, enviando abrazos para nuestros padres, tíos, hermanos y sobrinos y muchos recuerdos para todas las amistades, se despide quien os envía miles de abrazos y besos tanto para ti como para nuestro querido Helios.
Os quiere cada día más quien no olvida.

En mi celda, en espera de la muerte


Familia de Basilio López (Álbum familiar)

En mi celda, en espera de la muerte. Última carta para mis queridísimos padres, hermanos y sobrinos:

Padres el único sentimiento que llevo es que quedan ustedes desamparados ya que el único sostén y esperanza que tenían era yo. Y sé que la vida para ustedes será ya muy amarga, pero tengan resignación que esto es el fascismo quién lo hace y a mí me ha tocado ser víctima como otros muchos. Pero sean firmes en la lucha y recogerán el fruto de esta semilla.

Padre, la edad que tiene usted es muy avanzada, pero creo que le va a dar tiempo a ver el triunfo de los trabajadores así que sean incansables con nuestros enemigos. Me eliminan porque saben que lucharía siempre contra los capitalistas. Pero no porque haya sido un criminal… Que conste que han tenido que argumentar una cosa incierta y soy completamente inocente de todos los hechos.

A mi hermana Puri, pido que Desiderio tenga más suerte que yo para que puedan terminar de criar a los niños que es una de las mayores preocupaciones que me llevo. Si tuviese la suerte de que no le pasara nada, tengo la suficiente seguridad que sabría cumplir y nada tengo que objetar en este sentido.

A Ceferino, que ya es mayor, que sepa porque me asesinan. Que lo tenga presente y si a su padre le pasara algo le pido que sea bueno con su madre y la ayude a salir adelante.

Y a la Lumi la digo lo mismo y aunque Adela y Eugenia son pequeñitas estoy seguro que vosotros dos si podréis ayudar a vuestra madre.

Y sin otra cosa os pido que si va algún compañero de los que yo tenía en Yeserías le dicen que tengo un hijo y que he sido firme hasta el último momento.

Les mando un saludo a todos. HASTA NUNCA.

Basilio López