A mis amigos Tintoreros:
Muchas veces me he acordado de todos y no es precisamente en
este momento más o menos difícil de mi vida ya que de ello he dado muestras en
otras ocasiones, que no viene al caso recordar, si de lo pasado no se ha de
recordar más que para una cosa y es para ver los errores y sacar consecuencias
y de esto quiero ver algunos de los que en bien de todos hemos de aprestarnos a
liquidar:
Cuando se quiere edificar un monumento que queremos que deslumbre por
su magnificencia, es imprescindible conseguir un buen artista, arquitecto,
ingeniero, etc. que sea capaz de llevar a feliz término nuestro proyecto. En
una palabra, los hombres son capaces de todo, y en la elección de nuestros
hombres hemos de poner el máximo cuidado. - “Los hombres buenos lo son todo”
pero hemos de aprestarnos a ayudarlos para que nos sean baldíos sus esfuerzos
ya que todos pueden y deben aportar su “grano de arena”.
No me cansaré de
haceros esta recomendación, ni es más bueno el que habla más ni es más bueno el
que quiere ser más que los demás. La modestia, la sencillez y su amor a todos
debe caracterizar a nuestros hombres. Y digo a todos, porque nuestra industria
de tintorería no es patrimonio de estos o los otros, es patrimonio de todos los
que sacrifican por ella y quieren la prosperidad de la misma y con ella el
mejor vivir de su componente.
Pero si todos merecen que se desvelen por ellos,
nuestras mujeres lo merecen todo y a ellas os quiere recordar sus fatigas y
otras muchas cosas que no tendría tiempo para enumerar, vosotros igual que yo la
habéis visto con una plancha en la mano, pegadas a una maquina superior a sus
fuerzas, ya que su alimentación ha estado lejos de lo necesario para trabajo
tan arduo. Y en más de una ocasión han sido madres ¡y en qué condiciones! Sin
lo más indispensables para el ser de sus entrañas. ¿No produce su esfuerzo para
todo esto y para algo más?
Vosotros veréis si sois dignos de ellas y de figurar
en la gran familia de nuestra industria; pero no quiero decir que estáis solos
en este gran problema, ellas con tanta o más decisión que vosotros nos ayudaran
a hacer una industria modelo donde todos los que la forman de lo que todo
humano precisa para subsistir de forma digna. Y recordando que toda obra bella
es ejecutada por los hombres. En nuestra industria los hay como en otro
cualquier lugar hay hombres y mujeres como ningunos otros y seguro que
cumplirán su cometido en la historia. Varias cosas son necesarias para esto,
“no hay deleite sin sufrimiento, ni sufrimiento sin su recompensa”. (...)
Felipe S. Sierra 19-12-1942
Tarjeta desde la prisión de Comendadoras a su esposa |
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